• Música para este verano
  • La fiesta de la música en Bilbao
  • Un poco de crítica social
  • Rosas y Encanto en Madrid
  • Los polos opuestos de un estilo

viernes, 1 de marzo de 2013

Soul de un sábado noche

Ya tenemos plan para mañana sábado: Explosivo Club (Zaragoza), 22 hrs, Hanna Williams and the Tastemakers, potencia y fuerza encarnados en un soul fresco y ligero para vibrar en una noche de fin de semana. 

Acaban con este concierto su gira por nuestro país, una gira que empezaron el jueves 21 en el teatro LA Laguna de Tenerife y que ha pasado por escenarios de Gran Canaria, Cádiz, Algeciras, Granada o Madrid. Nacieron en 2009 y con un disco en su haber se han convertido en una de las esperanzas para el soul de cara al futuro aclamados por la crítica soul internacional.





La agrupación está compuesta por Hanna Williams como vocalista, acopañada a la guitarra por Hilman Mondegreen; Chloe Harvey (trompetista) y Sabrina de Mitir (saxo) hacen lo propio con el viento. Las notas profundas que provienen del órgano las pone Jame Brahan y de la parte más rítmica se encargan Doguie Taylor en el bajo y Jimmi Needles al mando de la batería. Un buen elenco de artistas como presentación que armonizan a la perfección en el escenario. El repertorio es escueto pues solo cuentan con un álbum en su haber ("A Hill of Feathers") lanzado en 2012, pero esa escasez de temas la suplen con una capacidad de improvisación asombrosa alargando los temas con juegos vocales y deleites solistas de saxo.

   

La voz de Hanna Williams no tiene calificativo. Una mezcla entre dulzura, fuerza y poderío. Las canciones están compuestas para mostrar esos portentos vocales de los que dispone y favorecen las subidas y bajadas de la voz desarrollando el virtuosismo tanto de Williams como de los componentes de la banda. Y todo ello con ritmos de base sencillos que son un aporte más para esa congruencia de musicalidad y virtuosismo.



Del disco destacamos la segunda canción “Tell me Something (Liberties)”, un tema lento, progresivo en armonía y con una aportación de los coros cuidadosamente elegida. Además señalamos dos detalles, los gritos en el puente final del tema y los parones en medio de la canción que cortan y aportan ritmo a la composición.

   

 I’m a good woman. La resaltamos únicamente por el poderoso comienzo, la capacidad para controlar los silencios y los tiempos y la sabiduría al aprovechar los mismos para añadirle Groove al tema. Por cierto, la estética elegida para el vídeo es acertadísima.

   

 Os dejamos disfrutando el resto del disco, que no tiene desperdicio.



Alberto Ortiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario